Producción
Periodística de Historia / Latitud Periódico
y Villa Crespo Digital
8
de octubre del 2018
Desde
el momento en que un juramento solemne hizo responsable
a esta Junta del delicado cargo que el pueblo se ha dignado
confiarle, ha sido incesante el desvelo de los individuos
que la forman para llenar las esperanzas de sus conciudadanos.
Abandonados casi enteramente aquellos negocios a que tenían
vinculada su subsistencia, contraídos al servicio
del público, con una asiduidad de que se han visto
aquí pocos ejemplos, diligentes en proporcionarse
todos los medios que puedan asegurarles el acierto; ve la
Junta con satisfacción que la tranquilidad de todos
los habitantes acredita la confianza con que reposan en
el celo y vigilancia del nuevo Gobierno.
Podría
la Junta reposar igualmente en la gratitud con que públicamente
se reciben sus tareas; pero la calidad provisoria de su
instalación redobla la necesidad de asegurar, por
todos los caminos, el concepto debido a la pureza de sus
intenciones. La destreza con que un mal contento disfrazase
las providencias más juiciosas, las equivocaciones
que siembra muchas veces el error, y de que se aprovecha
siempre la malicia, el poco conocimiento de las tareas que
se consagran a la pública felicidad, han sido en
todos los tiempos el instrumento que limando sordamente
los estrechos vínculos que ligan el pueblo con sus
representantes produce al fin una disolución que
envuelve toda la comunidad en males irreparables.
Una
exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada
comunicación pública de las medidas que acuerde
para consolidar la grande obra que se ha principado, una
sincera y franca manifestación de los estorbos que
se oponen al fin de su instalación y de los medios
que adopta para allanarlos, son un deber en el gobierno
provisorio que ejerce, y un principio para que el pueblo
no resfríe en su confianza, o deba culparse a sí
mismos si no auxilia con su energía y avisos a quienes
nada pretenden, sino sostener con dignidad los derechos
del Rey y de la Patria, que se le han confiado. El pueblo
tiene derecho a saber la conducta de sus representantes,
y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan
la execración con que miran aquellas reservas y misterios
inventados por el poder para cubrir los delitos.
¿Por
qué se han ocultado a las provincias sus medidas
relativas a solidar su unión, bajo el nuevo sistema?
¿Por qué se les ha de tener ignorantes de
las noticias prósperas o adversas que manifiesten
el sucesivo estado de la Península? ¿Por qué
se ha de envolver la administración de la Junta en
un caos impenetrable a todos los que no tuvieron parte en
su formación? Cuando el Congreso general necesite
un conocimiento del plan de gobierno que la Junta Provisional
ha guardado, no huirán sus vocales de darlo, y su
franqueza desterrará toda sospecha de que se hacen
necesarios o temen ser conocidos, pero es más digno
de su representación fiar a la opinión pública
la defensa de sus procedimientos y que cuando todos van
a tener parte en la decisión de su suerte, nadie
ignore aquellos principios políticos que deben reglar
su resolución.
Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta
que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con
el título de Gazeta de Buenos Ayres, el cual sin
tocar los objetos que tan dignamente se desempañan
en el Semanario del Comercio anuncie al público las
noticias exteriores e interiores que deban mirarse con algún
interés.
En
él se manifestarán igualmente las discusiones
oficiales de la Junta con los demás jefes y gobiernos,
el estado de la Real Hacienda y medidas económicas
para su mejora; y una franca comunicación de los
motivos que influyen en sus principales providencias abrirá
la puerta a las advertencias que desee dar cualquiera que
pueda contribuir con sus luces a la seguridad del acierto.
La
utilidad de los discursos de hombres ilustrados que sostengan
y dirijan el patriotismo y fidelidad, que tan heroicamente
se ha desplegado, nunca es mayor que cuando el choque de
las opiniones pudiera envolver en tinieblas aquellos principios,
que los grandes talentos pueden únicamente reducir
a su primitiva claridad; y a la Junta, a más de incitar
ahora generalmente a los sabios de estas provincias, para
que escriban sobre tan importantes objetos, los estimulará
por otros medios que les descubran la confianza que pone
en sus luces y en su celo.
Todos
los escritos relativos a este recomendable fin se dirigirán
al señor vocal Dr. D. Manuel Alberti, quien cuidará
privativamente de este ramo, agregándose por la secretaría
las noticias oficiales cuya publicación interesa.
El pueblo recibirá esta medida como una demostración
sincera del aprecio que hace la Junta de su confianza; y
de que no anima otro espíritu sus providencias que
el deseo de asegurar la felicidad de estas providencias
(Orden de la Junta).
Gaceta de Buenos Aires, 7 de junio de 1810.
Fuente:
Gaceta de Buenos Aires, 7 de junio de 1810, en Etchepareborda,
Roberto (prólogo), Selección de escritos de
Mariano Moreno, Honorable Concejo Deliberante, Buenos Aires,
1961.