CALLES CON NOMBRE DE MUJER
Parte II
Por Elena Luz González Bazán * para Historia Latitud Periódico y Villa Crespo Digital
21 de septiembre del 2019
POLICARPA SALVATIERRA – SALAVARRIETA
UNA MUJER MÁS QUE VALIENTE…
Para ir conociéndola…
La Pola fue una mujer valiente, creó una red de espionaje al servicio de la Independencia de nuestro continente…
Fue fusilada en 1817, el 17 de noviembre…
No escatimó lugar donde cubrir con su tejido de espionaje y llevar, de esta forma, la información a las fuerzas patrióticas. Estos espacios fueron: Cuarteles, mercados y hasta tertulias familiares, entre otros.
De esta forma, combatían a las tropas de Pablo Morillo, el denominado «Pacificador», enviado por Fernando VII para reprimir los tiempos de querer ser libre.
¿Cómo llegaban los mensajes a su destino?
Se escondían en el dobladillo del poncho y los paisanos los llevaban en las mulas que se trasladaban.
En el caso de las mujeres, lo llevaban bajo las faldas, con el cesto en la cabeza.
En el caso de Pola, utilizaba el atrio de la iglesia para hacer sus contactos.
La Pola fue amada por sus congéneres y odiada por los conquistadores. Luego de su fusilamiento quedó en el recuerdo y hubo poetas que le cantaron: con las letras de su nombre se escribió un anagrama que decía: «lace por salvar la patria».
LOS EJEMPLOS QUE MARCARON A POLA
La actual Colombia la debe envolver en su recuerdo y admiración, era de Guaduas, un poblado sobre el camino que desde Santafé de Bogotá, baja a Honda, a la orilla del caudaloso Magdalena.
Sobre fines del siglo XVIII se conoce la trayectoria de otro legendario hombre, José Antonio Galán, cabecilla de los comuneros cuyo levantamiento hacia 1781 preludió la gran revolución americana.
OTRA MUJER
MANUELA BELTRÁN
Pola la va conociendo porque hay una leyenda que la potencia en aquellos años conflictivos y de ansias de libertad. Que tenía un valor temerario.
La historia narra que ante el edicto que establecía nuevos impuestos de alcabala y el estanco al tabaco y aguardiente, increpó furiosa y en total soledad a un pueblo cohibido y silencioso. Procedió a arrancar el edicto como forma de protesta.
Pola queda marcada…
Volviendo a la historia de Policarpa, era una criolla de estirpe vascongada, sin mezcla alguna de sangres, algunas biografías aseguran que era de familia humilde, otros, acomodada.
Lo cierto que parece que durante algún tiempo vivió en una choza que estaba a dos cuadras de la plaza principal, con techo de paja en las dos habitaciones, paredes de caña brava y barro y el suelo de tierra apisonada.
Datos esenciales
La Pola nace el 26 de enero de 1795, aunque hay dudas y no registros, en Villa de Guaduas, en el departamento de Cundinamarca, este era el Virreinato de Granada, lo que abarcaba, entre otros, a la actual Colombia.
Tenía 22 años cuando es fusilada en la ciudad de Santafé de Bogotá, en la Plaza Mayor, se dice que su nacionalidad era: grancolombiana. Religión: católica. Sus trabajos: maestra y costurera.
No se encontró su partida de bautismo, pero se cree que se llevó adelante en el municipio de Tenjo, según demuestran algunos manuscritos de la parroquia.
Los que afirman que era una familia acomodada, afirman que no era de hidalguía, pero si respetada. En el testamento de su padre, don Joaquín Salavarrieta, demuestra que se había dedicado a la agricultura y comercio y que tenía una fortuna. En el caso de su madre, doña Mariana Ríos, figuran ropas abundantes, alhajas de precio y menaje doméstico.
La casa que, actualmente, es un museo, demuestra que no era suntuosa, pero si bien construida, lo contrario a pequeña y miserable.
En 1797, apenas con dos años, su familia se traslada a Bogotá, la casa era baja de tapia y teja, en el barrio de Santa Bárbara. En 1804, luego de momentos de pérdidas familiares, regresa una hermana mayor con los menores Policarpa y Bibiano y se establecen en la casa de la madrina, Margarita Beltrán.
Se conoce que vive en Guadalupe, pero no hay nada de información al respecto; parece que trabaja como costurera y otros afirman que enseña en la escuela pública.
Para quienes conocen mejor aquella Colombia virreinal, afirman que Guaduas era un sitio obligado de tránsito entre la capital y el río Magdalena, lo que se denomina columna vertebral. Por allí pasaban: armeros, productos variados y las noticias de todos los sucesos que atravesaban constantemente la villa.
Ya los tiempos de la lucha por la independencia eran notorios, Domingo García, que era su cuñado, muere luchando junto a Antonio Nariño en las campañas del Sur, su hermano Bibiano fue veterano de las luchas por la independencia.
Sobre su nombre hay muchas versiones, entre ellos un falso pasaporte donde figura como Gregoria, Apolinaria y otros.
LA REPRESIÓN QUE SE EJERCÍA SOBRE LOS INSURGENTES
Según parece, Joaquín Salavarrieta, padre de Pola, era oriundo del Socorro, durante la Revolución de los Comuneros de 1781, don Joaquín participa junto a José Antonio Galán.
En medio de la campaña por la hoya del río Magdalena, pasan y conocen Guaduas, la fecha dicen que fue el 4 de junio de 1781, vía Mariquita.
Unos días después, el 16 de junio se firma la paz, todos retornan a sus hogares, pero la represión se desata de forma implacable.
Joaquín huye junto a su mujer Mariana Ríos.
En el caso de José Antonio Galán decide continuar su lucha en la clandestinidad, el 13 de octubre es tomado prisionero en las proximidades de Onzaga.
En Santafé es sentenciado a morir, él y sus compañeros, el calvario fue arrastrarlos hasta la horca y luego decapitados y separados del tronco brazos, piernas, pies y manos.
Corría el 1° de febrero de 1782 cuando se cumple la sentencia, pero al no haber verdugo, los comuneros son arcabuceados y posteriormente colgados.
En ese lugar se expone durante algún tiempo la cabeza de Galán sobre una pica, que sirvió, no solo, para aterrorizar sino para que escarmentaran. En ese sentido, los oriundos del lugar pasaban por el lugar, ante la cabeza de Galán se persignaban, santiguaban y rezaban un avemaría.
La adolescencia de Pola
El 20 de julio de 1810, Pola tenía apenas 15 años, estalla la Revolución y la niña mujer encuentra su lugar.
Quienes dejaron su testimonio sobre Pola la describieron como una linda joven, buenos modales, vivaz y resuelta.
Sus actividades se vinculan con el ejército patriota de los Llanos. En ellos está relacionada con Bibiano y conoce a Alejo Sabarain, quien será también su novio, éste había peleado al lado de Nariño en el sur y es capturado en 1816, privilegiado con un indulto. Todo se precipita…
Capturan a los hermanos Alemyda con documentación que compromete a Pola y, luego, el delator Facundo Tovar, un granadero venezolano infiltrado de los españoles, es quien entrega a Pola.
En medio de esta situación, intentan salvarla, la trasladan a Santafé de Bogotá, donde se hospeda en la casa de Andrea Ricaurte, allí funcionaba una de las centrales de inteligencia de los insurrectos.
LOS TIEMPOS PREVIOS A SU CAÍDA
El gobernador español Sámano estaba perplejo porque los patriotas que acampaban en los llanos de Casanare conocían al detalle los movimientos godos. El problema era cómo lograban tener la información. ¿Cómo se filtraban las noticias?
Con el contraespionaje lograrán que caigan los chasquis de Policarpa: Vega y Juancho Molano, quienes son apresados y posteriormente fusilados.
Todo será vertiginoso… las tertulias en la casa de Andrea se terminan. El espionaje de los patriotas se hace peligroso y el miedo inunda a los independentistas.
La historia cuenta que una noche Andrea y Policarpa no podían dormir… los chasquis se llegaban a la puerta y se cuidaban de o ser sorprendidos por la ronda realista. Pero, una noche fueron invadidos a culatazos por la puerta de la cocina y el sargento a cargo los increpó.
Pola reaccionó fuertemente.
-¡Busque, grandísimo…! ¡Busque por donde le dé la gana! ¡Escarbe en la cama, en los baúles, a ver si encuentra algo!
-¡Todos presos! -vociferó el sargento.
-¡Eso no! -replicó la Pola-. Andrea no tiene culpa de haberme dado posada, y además está criando.
Los soldados dejaron a Andrea, pero se llevaron a Bibiano, hermano de Pola de solo quince años.
A la mañana siguiente, con Pola aferrada a los barrotes de su celda y descargando cataratas de insultos sobre ellos, los soldados desnudaron a Bibiano en el patio de la prisión.
-Los nombres de los que conspiran con Policarpa, o aquí están las varas…
Silencio de Bibiano. La vara silbó en el aire y comenzó a cortar carne, a teñir de rojo la piel. « ¡Perros cobardes!», rugía Pola. Pero fue inútil: el muchacho no habló y a los tres días lo soltaron.
En la redada había caído también Alejo, a quien se le descubrieron papeles de Policarpa. Ambos estaban perdidos y lo sabían, de modo que en el juicio Pola se dio el gusto de decir todo lo que pensaba, menos los nombres de los otros conspiradores. El escribano tuvo que dejar de escribir, porque ya ninguna de las expresiones de Pola era reproducible en autos.
EL FINAL DE POLA
Era el 14 de noviembre de 1817, en la Plaza Mayor de Bogotá amanece con un despliegue de fuerzas militares, más de tres mil soldados. A esto se agregaba que había nueve patíbulos y el redoble ensordecedor de tambores. Iban, por primera vez, a fusilar a una mujer, también, Alejo Sarabáin, seis soldados patriotas y un desertor.
Cuenta la historia que la Pola apareció con su camisón de zaraza, su mantilla de paño azul y su sombrero cubano, no hubo ojos más que para ella. Pronto tampoco hubo oídos más que para ella, porque su alta voz se hizo oír de continuo.
A los condenados se les ordenó que se pusieran de espaldas porque, para los españoles, eran traidores, pero lograron ponerse de rodillas, en una posición religiosa. Algunos biógrafos afirman que Pola iba acompañada por dos sacerdotes.
Hasta el final Pola se hizo oír…
-¡Viles americanos! -increpó al batallón Numancia-. ¡Volved esas armas contra los enemigos de la patria!
¡Pueblo indolente! ¡Cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conociérais el precio de la libertad! Pero no es tarde: ved que ―aunque mujer y joven― me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más. No olvidéis este ejemplo [...] Miserable pueblo, yo os compadezco. ¡Algún día tendréis más dignidad! [...] Muero por defender los derechos de mi patria.
Ya sobre el tablado, al advertir lágrimas en los rostros, dijo:
-No lloréis por mí. Llorad por la esclavitud y la opresión de vuestros compatriotas. ¡Levantaos y resistid los ultrajes que sufrís con tanta injusticia!
Necesitaron seis balazos para que callara…
Pero, los hombres de este planeta siempre homenajean a los héroes, cuando estos ya han dejado la Tierra y se elevan a los cielos.
Pola fue un símbolo de la Independencia del pueblo colombiano, actual… por ella se escribieron poemas, himnos, obras dramáticas como las de Mitre y Echeverría, entre otras.
Luego de su muerte, como era mujer, no fue expuesta como sus compañeros, los sacerdotes pidieron su cuerpo y lo guardaron en la iglesia de San Agustín.
Es dable entender que Pola tiene los días contados cuando es arrestado Alejo, quien llevaba un listado de realistas que le había dado Pola… hasta ese momento era casi desconocida en la zona y se había podido mover con cierta facilidad.
El sargento español Iglesias fue comisionado para encontrarla y arrestarla. Policarpa fue detenida en la casa de doña Andrea Ricaurte de Lozano, y encerrada en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario convertido en cárcel.
EL HOMENAJE A LA POLA
Hay una estatua ubicada en la carrera 2 A esquina calle 18, en el distrito Las Aguas, en La Candelaria, en un barrio del centro del antiguo Bogotá.
Pola es considerada la principal mujer y más representativa de la Independencia de Colombia.
Es su fusilamiento lo que provoca la rebelión del pueblo, la resistencia, muchas mujeres fueron fusiladas, pero Policarpa fue considerada por su valentía, juventud y coraje.
El 9 de noviembre de 1967, en virtud de la Ley 44 del Congreso de la República de Colombia y firmada por el presidente Carlos Lleras Restrepo, declaró en su segundo artículo el día 14 de noviembre «Día de la Mujer Colombiana» en honor del aniversario de la muerte de «Nuestra Heroína, Policarpa Salavarrieta».
Policarpa es recordada en billetes y monedas de Colombia.
Su nombre fue impuesto en municipios, barrios, colegios, una marca de cerveza, una estación de transporte y de un instituto educativo.
En la ciudad de Buenos Aires, Argentina, por Ordenanza de la Municipalidad del 27 de noviembre de 1893, se dio el nombre de «Pola» a una calle que atraviesa los barrios de Villa Lugano, Mataderos y Liniers.
En la hermana República del Perú, en 1870, durante el gobierno de José Balta, se inauguró la estatua de la libertad con la imagen de Policarpa Salavarrieta, en honor a la colonia colombiana de residentes en Piura.
Se la recordó en la televisión con una novela de 200 capítulos.
Una obra dramática en Uruguay, en 1944.
La Pola fue una mujer valiente, decidida y con coraje, dispuesta a ser Libre y buscó la libertad de todos… su corta vida es un ejemplo de mujeres de otros tiempos…
FUENTES: biografías y vidas, Vida y Pasión de grandes mujeres – Elsa Feider, Colombia informa y otras, fuentes propias.
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