Por
Elena Luz González Bazán especial para Historia
Latitud Periódico y Villa Crespo Digital
18
de octubre del 2018
ANÉCDOTAS
DE AQUELLOS TIEMPOS
La
ciudad de Córdoba tiene una característica
especial que es La Cañada que atraviesa su centro
neurálgico.
En la intersección de La Cañada y el Río
Primero se juntaban, por la década del 60, los circos
con su payasos, acróbatas y lógico, los animales,
instalaban sus carpas que estaban cercanos a la Capilla
de Cristo Obrero donde el padre Angelleli era su párroco;
él se acercaba y además de visitarlos les
ofrecía ayuda; transformándose en su Capellán.
LA
JOC – JUVENTUD OBRERA CATÓLICA
El
sacerdote belga, José Cardjin fue su fundador y Angelelli
entabla una relación muy profunda y conoce este movimiento
en Roma. De tal forma, se consustanció con el movimiento
en nuestro país.
El método de la JOC era: VER, JUZGAR, ACTUAR.
FRASES
Una
frase que debemos rescatar de aquellos tiempos: "El
hombre no puede ser un desencarnado, lo religioso no puede
hacer perder de vista las necesidades más elementales
de los seres humanos, menos de los pobres, sino por el contrario,
la religión deber servir para que el hombre se dignifique
totalmente, humana y espiritualmente..."
Sus
actividades hacia mediados de la década del 50 en
el siglo XX se distribuían entre la asesoría
a la JOC, participaba en la Junta Arquidiocesana de la Acción
Católica, era profesor y daba clases de Derecho Canónico
y Doctrina Social de la iglesia en el Seminario Mayor y
era Profesor de Teología en el Instituto Lumen Christi
y otros colegios religiosos. Trabajaba en la Curia Arzobispal
y ayudaba en la pastoral universitaria.
DATOS
BIOGRÁFICOS
El
12 de diciembre de 1960 fue designado por el Papa Juan XXIII,
Obispo Auxiliar de Córdoba,
el 20 del mismo mes fue nombrado Vicario General de la Arquidiócesis.
El 12 de marzo de 1961 recibió su consagración
episcopal en la Catedral de Córdoba, abarrotada de
obreros y de gente humilde.
Eligió como lema para su escudo episcopal la frase
del Evangelio de Juan: "Para que todos sean uno".
Siguió
utilizando su moto "Puma",
INICIO
DEL CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II
El
11 de octubre de 1962 se inició el Concilio Ecuménico
Vaticano II. Un mes antes el Papa Juan XXIII, en un radiomensaje,
había dicho que la paz y la justicia social eran
los problemas centrales a los que debía abocarse
la Iglesia para ser servidora de la humanidad. Como todos
los obispos del mundo, Mons. Angelelli acudió a Roma.
la
renovación se dio en toda la iglesia y por supuesto
en Córdoba, en su seminario, los seminaristas pasaron
a otra y nueva realidad, buscando las formas de vida acordes
que implicaba la apertura a la sociedad. Ante la renuncia
del Rector, es nombrado monseñor Angelelli en su
reemplazo.
En
una homilía de octubre de 1963 decía: "No
nos cansaremos de bendecir al Señor, que nos ha llamado
a vivir en la hora presente, porque nos ha llamado a ser
forjadores de una nueva sociedad...
El
verdadero cristiano desconoce la palabra pesimismo, porque
significa renunciar a vencer, a esperar y a combatir..."
En
diciembre del mismo año en una "exhortación
pastoral" reclamaba así la solidaridad de todos
los sectores: "En nuestra provincia advertimos azorados
un porvenir inseguro, efecto de una de esas situaciones
graves que se manifiestan bajo las formas inhumanas de la
desocupación, carestía de la vida, bajos salarios,
escaso rendimiento del poder adquisitivo, alto déficit
de las viviendas, hospitales abarrotados, niños enfermos
y desnutridos, carencia de una asistencia médica
social vigorosa y congruente.
¿Puede
alguien permanecer indiferente ante esta angustiosa realidad?
¿Podemos, sin caer en la complicidad, seguir callando?..."
Ante
una crisis interna en la Iglesia cordobesa de 1964 expresaba:
"Esta Iglesia de Córdoba es parte de la misma
Iglesia de Jesucristo, y por lo tanto también es
Iglesia en Concilio... Reformarse, actualizarse, rejuvenecerse,
presentar un rostro más evangélico supone
un compromiso grave, porque es exigencia de vida, y no podemos
trepidar de asumir este compromiso, HOY MISMO, y comenzar
a cambiar toda postura y actitudes vitales que no respondan
genuinamente al Evangelio".
"Es
evidente que todo intento de auténtica renovación,
lleva como precio el sufrimiento, la incomprensión
y a veces hasta la calumnia; esto no nos debe hacer trepidar,
sino que serena y firmemente sepamos comprometernos vitalmente
con quienes sufren la desorientación en la búsqueda
de la verdad; con quienes padecen hambre, miseria o injusticia
en su vida; con quienes buscan una comunidad auténticamente
más cristiana porque es auténticamente más
humana; con quienes no quieren compromiso con la mentira,
la mediocridad, la superficialidad y el conformismo cómplice"
En
septiembre del 64 concurre a la tercera sesión del
Concilio. A su regreso, en las vacaciones del 65 renuncia
monseñor Castellano al Arzobispado de Córdoba.
No será elegido Angelelli, sino el Deán Edmundo
Rodríguez y Alverez, por los canónigos.
Angelelli
se retira y se dedica al trabajo con los chacareros y quinteros
del lugar.
FUENTES:
varias y propias.
Caracteres:
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